Gemma Wale, residente en el condado de Birmingham, se convirtió a finales del año pasado en objeto de una "orden por comportamiento antisocial", después de que varios vecinos se quejaran ante el Ayuntamiento local, alegando que la mujer había estado haciendo un estruendo descomunal en su apartamento.
Según consigna la cadena BBC, en aquella ocasión los vecinos afirmaron que Wale sostenía agrias disputas con su novio, identificado como Wayne, reyertas donde los gritos y ruidos violentos eran moneda corriente.
Así, la mujer recibió la mencionada orden, en la que se le prohibía expresamente volver a causar disturbios, ya fuera escuchando música alta, gritos, insultos, portazos y hasta taconeos demasiado fuertes.
Sin embargo, Wale logró estar a buenas con la ley sólo por unos días. El 29 de enero, los vecinos volvieron a presentar denuncia, asegurando que la mujer "tuvo sexo de forma increíblemente ruidosa muy temprano por la mañana".
"Gemma empezó a gritar y gritar mientras tenía relaciones sexuales, lo que nos despertó", dijo un vecino en una audiencia celebrada días atrás. "Esa situación duró unos diez minutos", detalló.
Finalmente, la corte local determinó que Gemma pase dos semanas a la sombra, medida que librará de ruidos al vecindario, al menos por ese lapso.
No es la primera vez que el "abuso de decibelios" en el sexo termina de mala manera para los involucrados. El año pasado, una mujer cuya identidad no fue revelada, fue detenida a bordo de un vuelo de Virgin Airlines y luego interrogada por la policía, luego de protagonizar un sonoro encuentro sexual con otro pasajero en un baño del avión.
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